Iniciativa, que corresponde a un proyecto financiado por el 2% de Cultura, vía FNDR, del Gobierno Regional de Antofagasta, rescata el trabajo desarrollado por los agricultores de la zona por preservar la historia del maíz y su presencia permanente en las diversas costumbres y tradiciones de la cultura andina de la región
Con la idea final que la institucionalidad pública y privada de la región de Antofagasta de vida a un banco de semillas de maíz en la región de Antofagasta, un grupo de investigadores realizó la investigación “El Maíz: Patrimonio histórico, alimentario y cultural de El Loa”.
De esta forma, la iniciativa impulsada por la Asociación Indígena de Regantes Agricultores de Chunchuri Poniente de Calama y financiada por el 2% de Cultura -vía FNDR- del Gobierno Regional de Antofagasta y de un grupo de empresas privadas, rescata el trabajo desarrollado por tres generaciones de la familia Barboza Mamani, para dar vida a una investigación que documenta de manera gráfica los distintos tipos de maíz, clasificándolos de acuerdo a sus usos y resaltando a el valor patrimonial de este alimento en las diversas costumbres y rituales de la cultura andina.
Al respecto, Jaime Pinto, ingeniero agrícola y coordinador del proyecto, señala que la idea de realizar la investigación surge de los propios agricultores de la zona, explicando que “ellos son quienes están preocupados por la pérdida de interés de los jóvenes por seguir manteniendo las costumbres asociadas al cultivo, planteando la posibilidad de desarrollar una publicación. El choclo tiene un arraigado un sentido de pertenencia, es un producto inserto en nuestra gastronomía local, que se utiliza como ofrenda en ceremonias y en el desarrollo de su cultivo se realizan costumbres ancestrales que hoy están perdiendo”.
El profesional del agro resalta que “en lo personal admiro la generosidad que ha tenido la familia Barboza Mamani, quienes han sido capaces de compartir el trabajo de más de tres generaciones con la comunidad de manera totalmente desinteresada”
Rufino Barboza: “Se trata de rescatar el patrimonio de nuestra familia, de la humanidad”
Rufino Barboza Mamani es un agricultor loíno que heredó de su padre una serie de conocimientos en torno al maíz, que hoy está empecinado en compartir con la sociedad, pues a su juicio “se trata de rescatar el patrimonio de nuestra familia, de la humanidad. Mi padre me enseñó todo lo que se para que estos conocimientos no se pierdan, para que la sabiduría que hay tras el maíz sea conocida y valorada por la mayor cantidad de personas”.
Barboza agrega que el calameño, el chileno común y corriente, no tiene el conocimiento necesario para reconocer el tremendo valor que posee del maíz. “No saben que hay agricultura y mucho menos que existen diversas variedades de maíz en la zona. Claramente falta mayor difusión de nuestra agricultura”.
Por lo mismo, el agricultor destaca y agradece el financiamiento otorgado por el Gobierno Regional y el apoyo de las empresas privadas tras la investigación, resaltando que “sin su aporte hubiese sido imposible mantener y concretar el sueño de mi padre, es decir traspasar los conocimientos del maíz a las nuevas generaciones. Muchas gracias por escuchar el sentir de mi padre y permitirme compartir mis conocimientos”.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Por su parte, Jeannette Araya, ingeniero agrónomo y parte del equipo investigador, considera que la publicación tiene un valor que va más allá de la región y el país, ya que “contribuimos desde la comunidad civil a los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030 de la ONU, aportando a la seguridad alimentaria, a través del rescate de semillas y la resiliencia de los ecosistemas”
Araya resalta además que rescatar el patrimonio el maíz es de suma importancia, ya que a su juicio “el maíz es uno de los elementos fundamentales del sistema agropecuario de la provincia El Loa, su aporte a las tradiciones y fundamentalmente al ecosistema lo convierten en una herramienta para enfrentar las actuales condiciones de demanda alimentaria. Hay que recordar que ya somos 7.000 millones de habitantes en la tierra y la producción de alimento no crece con la misma rapidez, por lo tanto para enfrentar esta situación de manera responsable debemos mantener ecosistemas ricos donde existan, no solo centrarnos en la generación de alimentos con agricultura intensiva o modificación en su totalidad de ambientes y suelos, ya que esta nos lleva a perder capacidad productiva de los suelos y desequilibrio ecosistémico, así lo afirma la publicación de la FAO de enero del 2018 sobre la red SIPAN de nuestro país de la cual nuestra provincia es parte”.
Aporte a la Identidad
Para Justo Zuleta, también investigador del proyecto, uno de los aspectos más relevantes de la investigación es que “pese a los impactos de la actividad económica dominante, disminución del agua disponible, migración de jóvenes a los centros urbanos, etc., son principalmente las tradiciones y costumbres las que sustentan la sobrevivencia de cultivos de distintas variedades de maíz, más allá de cualquier lógica de rentabilidad económica”.
Zuleta profundiza su visión de los resultados obtenidos por la investigación desarrollada por más de cinco meses, resaltando que “dado la disminución progresiva en las superficies cultivadas y a las dificultades para la transmisión de conocimientos del manejo de semillas y comportamientos del cultivo según piso ecológico, es urgente apoyar a quienes mantienen estas prácticas, registrar la información y resguardar las variedades existentes”.
Asimismo, el investigador manifiesta que “aún se desconoce mucho de este verdadero patrimonio de las comunidades originarias, trabajos similares ayudarían a visibilizar, entender y valorar este aporte a la gastronomía, tradiciones y en definitiva a la identidad local”.
Banco de Semillas
La investigación será presentada a la comunidad el próximo 15 de marzo en Calama, y en palabras de Jaime Pinto, “esperamos que esta publicación contribuya a preservar el conocimiento de nuestros agricultores, que los libros más que adornar una vitrina, estén en terreno junto a las labores habituales del campo. Pero nuestro mayor anhelo es que la institucionalidad pública y la empresa privada aporten con financiamiento para concretar un banco de semillas que permita la puesta en valor del patrimonio agroalimentario del maíz de la Provincia El Loa, a través de la caracterización y puesta en valor del maíz calameño, preservando los antiguos usos y buscando nuevas preparaciones gastronómicas”.
Destacar que le investigación contó con la colaboración de PROLOA, Mainstream, Antofagasta Minerals y la revista digital www.poderyliderazgo.cl, reafirmando con ello su permanente compromiso con el desarrollo de iniciativas que permitan preservar el patrimonio cultural de la provincia de El Loa en la región de Antofagasta.