Por estos días sus inventores están tramitando la solicitud de la patente en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Chile (INAPI), pues a su juicio “la innovación debe jugar un rol fundamental en la crisis ambiental que estamos viviendo y, si esta nace desde nuestro propio territorio, el valor agregado es mucho mayor”
Hoy, en medio de una gran crisis hídrica, Chile y muchos otros países están implementando diversas tecnologías que permitan mejorar la gestión del agua y la obtención de esta misma desde nuevas fuentes, y en este sentido, las plantas desaladoras de aguas marinas están tomando la delantera, sobre todo en el norte del país y muy pronto en el resto de las costas chilenas.
Por lo mismo, Álvaro González, Daniel Maturana y Gastón Leiva inventaron un proceso que permitiría revalorizar una parte de los residuos o salmueras de las plantas desaladoras de agua, obteniendo compuestos de alto valor comercial como hidróxido de magnesio, fijando gases de efecto invernadero en el mismo proceso, permitiendo de esta forma, obtener una salmuera mucho más amigable con el medio ambiente.
Si bien, los tres inventores ya están tramitando la solicitud de la patente en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Chile (INAPI), están a la espera de socios inversionistas que les permita escalar su invención para llevarla al mercado, lo que no sólo permitiría a las plantas desaladoras obtener nuevos recursos económicos por nuevos productos como el hidróxido de magnesio, sino que también les permitirá llevar a cabo sus procesos con un bajo impacto ambiental y, fijar futuros estándares en las normativas que regularán estos tipos de procesos de desalación de agua de mar, con proyección a escala mundial.
“Si todo el proceso se encamina bien, e INAPI nos concede la patente de invención, nuestros planes son implementar la tecnología en todo el país donde existan plantas desaladoras y llevar el proceso a otros países”, resaltan los inventores.
Proceso
El hidróxido de magnesio se utiliza en muchas industrias, destacando principalmente la farmacéutica, construcción, aeronáutica, etc. En el 2020 los principales importadores de hidróxido y peróxido de magnesio fueron China ($19,6M), Estados Unidos ($19,3M), Corea del Sur ($17,8M), Italia ($15,3M), y Alemania ($11,4M), convirtiendo a este producto en un mercado bastante atractivo.
Según un estudio del 2018, publicado en la revista “Science of the Total Environment”, existen unas 16.000 plantas desaladoras en el mundo, en las cuales por cada litro de agua producida se genera alrededor de un litro y medio de salmuera, la cual es generalmente devuelta al mar. Esta corriente de salmuera reincorporada a los océanos, aumenta la temperatura de las aguas costeras y disminuye el nivel de oxígeno, produciéndose impactos negativos para el ecosistema marino.
Por estas razones la invención, de acuerdo a la visión de estos tres jóvenes, “es clave para la obtención de agua desalada de forma sustentable. La innovación debe jugar un rol fundamental en la crisis ambiental que estamos viviendo y, si esta nace desde nuestro propio territorio, el valor agregado es mucho mayor”.