Atraídas por los colores que tiene el bosque durante los cambios de las estaciones y con la meta de acercar el conocimiento científico de la flora chilena a la comunidad, tres emprendedoras iniciaron un viaje a través de “Estación Flora”, un proyecto de diseño de vestuario sustentable para niños de 3 meses a 4 años
En abril de 2018, Teresita Melo, Belén Villavicencio y Belén Gallardo, impulsoras de la iniciativa Estación Flora, con el apoyo del Fondo Nacional del Desarrollo Cultural y las Artes (Fondart), comenzaron las investigaciones para lanzar su propia línea de ropa infantil para niños de 3 meses hasta 4 años, pero con el foco de la sustentabilidad. Así nació Estación Flora, un proyecto interdisciplinario que partió integrando dos áreas de la creación artística, como lo es la ilustración botánica científica y el diseño textil al servicio de la comunidad.
“Decidimos hacer una colección de vestuario infantil en lino de Tomé, la idea es que fuera de producción regional o local, y teñido con tintes naturales e ilustrado con especies botánicas de la región, con la técnica de la ilustración naturalista botánica” explica la diseñadora gráfica y gestora de los diseños florales, Teresita Melo.
Mediante estas técnicas Estación Flora busca impulsar en el país la conexión con la biodiversidad desde temprana edad, para contribuir a la apropiación del patrimonio natural, así como a la valoración y la conservación de la biodiversidad mediante algo tan habitual como lo es el vestuario. Estación Flora lanzará el martes 14 de enero a las 19:00 horas en el Teatro Biobío de Concepción su primera colección sustentable.
Valoración
El bosque nativo de la región del Biobío es un ecosistema único respecto a otras regiones del mundo, que posee una enorme diversidad de especies nativas en el reino vegetal y animal, conquistando a las diseñadoras. Belén Gallardo, bióloga, comunicadora científica y miembro del proyecto, detalla que “la región del Biobío en particular tiene una flora, tiene plantas increíbles, que gente de todo el mundo viaja para conocerla, pero las personas de la propia región no saben esto porque es difícil acceder a ese conocimiento, entonces eso es parte de lo que queremos poner en la información de las etiquetas y también en el packaging.”
Las emprendedoras utilizarán también elementos propios del territorio en su materia prima, como linos de fabricación nacional, específicamente de la comuna de Tomé en la región del Biobío y tintes de origen vegetal. “Cuando sabemos que ya va a florecer las flores tratamos de ocuparlas cuando ya estén a punto de morir, en nuestro proceso de recolección de flora nativa, sacamos un poco de cada árbol, pero mayoritariamente tratamos de escoger plantas que ya estén podadas, que estén caídas en el suelo, tratar de ser respetuosos con los ciclos de la flora”, asegura Belén Villavicencio, diseñadora textil de la marca y encargada de realizar los tintes de las piezas.
Cortezas, ramas, hojas y flores, son parte de los elementos que entregaron una amplia paleta de colores que van desde los amarillos, los ocres, los verdes, los rosas y los café, tonalidades que contrastaron en cada prenda. “Tratamos de representar el bosque a través del color, no solamente la ilustración botánica que está en las prendas, sino también a través el color, va a ser una colección bien bonita en realidad, súper fiel a los colores que se pueden ver en la naturaleza”, destaca Villavicencio.
Respeto por los procesos
Desde la recolección de materia prima, la elaboración de los diseños y el armado de las piezas, las emprendedoras se han involucrado en cada uno de los procesos que han llevado a crear esta primera tanda de productos que contará con cuatro diseños y será lanzada a fin de año.
“La bióloga revisa estas ilustraciones, se estudia la especie, se ven todos los aspectos técnicos, por otro lado la producción, los tintes naturales son elaborados uno por uno, hay un proceso bien largo que tiene que tener la tela primero, después el tinte, en el fondo nos hemos agarrado también de una corriente mundial que se llama Slow Fashion que habla un poco de procesos más lentos y cuidadosos con el medio ambiente”, asegura la ilustradora.
La diseñadora explica que el consumidor final hoy día tiene un modelo de consumo más sustentable, que se enfoca en los procesos de producción que incrementan el valor de como se ve el producto en el resultado final, y agrega que “todo eso en el fondo lo estamos relacionando un poco con el cuidado de tu guagua, como que es todo natural, entonces tu obviamente quieres tratar de entregarle a tu guagua y a tus niños lo más natural posible”.
Pero Estación Flora no sólo se enfocará en la producción de vestimenta infantil. Sus dueñas buscaran aportar a la comunidad mediante la comunicación científica informando sobre los productos y diseños en cada una de sus prendas, así también esperan incorporar entre sus filas a mujeres en contexto de vulnerabilidad que ayuden con los procesos de costura y buscarán realizar talleres para niños donde se les instruya sobre los métodos de teñido, entre otros.
Innovación y tecnología
También inspirados en la sustentabilidad y en la innovación con nuevas tecnologías que contribuyan con los desafíos de un mundo sostenible, a contar de 2020, Chile será productor de pulpa textil de la mano de la Planta de Celulosa Valdivia, de propiedad de la Empresa Arauco. El proyecto otorga un nuevo uso para la celulosa, hasta ahora destinada para la elaboración de papel, incorporándola en el proceso de fabricación de tela de viscosa o rayón, presente en una amplia gama de prendas de vestir.
La subgerenta de Asuntos Públicos de Arauco Los Ríos, Marcela Wulf, detalla que “decidimos diversificar nuestra oferta en el mundo de la celulosa, innovando en un mercado de nicho, como lo es el de las telas orgánicas. Se trata de un producto sustentable que nos permite llegar a nuevos clientes que buscan productos elaborados a partir de procesos y materias primas renovables”.
Bajo el nombre de “Create”, esta nueva materia prima, que se empezará a producir en enero de 2020 para su exportación principalmente a países asiáticos, cuenta con importantes propiedades al ser incorporadas en fibras textiles, como la caída y el teñido que permite en las telas, ya que tiene una excelente capacidad para absorber y mantener colores.
A lo anterior, se suma la posibilidad de incorporar agentes tecnológicos en la fibra misma, como pigmento para un color base, retardante de fuego, agente antibacterial, entre otras aplicaciones.
“Tiene que ver con todo un escenario global, donde los consumidores están demando cada vez más prendas de vestir que estén confeccionadas en base a telas orgánicas, que hayan sido elaboradas con materias primas naturales, y la fibra textil, que se producirá con la nueva celulosa que desarrollamos en Planta Valdivia, es una innovación que responde a este desafío”, asegura Wulf.
Dentro de los principales usos de este tipo de fibra destacan artículos de vestimenta como camisas, pantalones, calcetines y géneros como tapices, entre otros productos. Un material que las emprendedoras de Estación Flora esperan poder conocer y experimentar con ella para nuevos productos.
“Si es que nosotros tuviéramos la oportunidad de trabajar colaborativamente con el grupo que está trabajando con estas pulpas sería maravilloso, porque así sería una relación más colaborativa, que es como la que nosotros hemos tenido con todas las personas con las que trabajamos”, finalizó Gallardo.