Por: Esteban Velásquez N. Diputado por la región de Antofagasta

Hace algunos días, probablemente al calor de sus emociones y con la seguridad de sentirse protegido por sus padrinos, el fiscal nacional Jorge Abbott hizo pública “La Doctrina Abbott”. Instaló en la Comunidad nacional la máxima que a los poderosos había que protegerlos y los ciudadanos de a pie, sancionarlos. En estos dichos el fiscal expresó  lo que su espíritu le anima.

Recordemos la cantidad de acuerdos y salidas para políticos de sectores influyentes”, con las fiscalías y así conseguir solo llamados de atención evitando la cárcel.

El acuerdo de las empresas SQM, Penta, Corpesca  y otras con la fiscalía, apenas cobrando algunos pagos es vergonzoso, como que la corrupción se soluciona con más plata. Es decir como dijo un amigo, “cóbrales una multa a estos políticos y a estas empresas y quedamos arreglados”.

La Doctrina Abbott es la que posiblemente en otras sociedades ha provocado el levantamiento de la ciudadanía, incluso hasta la violencia misma, porque se instala la más absoluta impunidad, porque por un lado un gobierno que actúa diciendo que se aferra a la constitución, haciendo gárgaras de democracia y un sistema paralelo, casi como una Gestapo que protege que los “negociados”, sean bien hechos para que los órganos contralores no tengan como objetarlo….Como dice Tito Fernández El Temucano, todo legal.

En este escenario  es imperativo revisar todas las actuaciones del Fiscal Nacional, desde la separación de fiscales como Gajardo de los casos SQM, Penta y otros. Porque esta seguidilla de decisiones de Abbott limpió el camino y permitió que estas empresas lavaran sus imágenes y continuaran influyendo y participando en actuaciones relacionadas con El Estado, todo orquestado y coordinado. En un Estado Democrático y Probo esto no puede pasar por alto.

Probablemente de haberse sancionado a SQM en los méritos reales, ésta no habría podido llegar acuerdo con CORFO y por lo tanto los intereses de Chile no se habrían afectado.  Hoy nuestro sistema democrático se llena de más dudas… por lo tanto la historia continuará.

El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.