El rápido avance del proceso de transformación digital que estamos viviendo, nos obliga a actuar rápido para dar seguridad y confianza a un mundo digital, nuevo, dinámico, que ya es parte de nuestra realidad y que llegó para quedarse
La pandemia de Covid 19 que azota a la humanidad no solamente ha traído preocupación, enfermedad y complicaciones. Como un subproducto, no esperado ni previsto, también ha logrado acelerar, de una forma impresionante, la llegada de una forma nueva de vivir en sociedad.
Se trata de la sociedad digital. Una comisaría virtual para tramitar permisos, despacho a domicilio en forma masiva por empresas especializadas en lo que hemos llegado a conocer como “delivery”, vehículos de reparto como parte del paisaje de poblaciones y barrios, clases virtuales, reuniones de trabajo y consultas médicas por plataformas de video conferencias, teletrabajo, en fin, todo un mundo distinto.
Un cambio gigante que llegó a nuestras vidas para quedarse. Generaciones completas están aprendiendo a desenvolverse en esta nueva realidad y hoy es común ver a los nietos enseñándoles a sus abuelos cómo desenvolverse en este mundo que ha sido digitalmente transformado. No solamente la profundidad del cambio es asombrosa, la velocidad con que se ha instalado como una nueva forma de vida nos deja perplejos.
Estos son los argumentos principales que el senador por Valparaíso, Kenneth Pugh, ha utilizado para fundamentar la urgencia de adoptar medidas ejecutivas y legislativas para generar la necesaria confianza de la sociedad en esta transformación digital que estamos viviendo.
“Vamos en camino a ser vitalmente dependientes de la tecnología digital” nos señala el senador. “Un proceso transformador que estaba previsto para ser asumido en el lapso de una década, en la realidad está instalado y funcionando en un lapso de meses. El proceso de cambio es muy bueno, pues presenta múltiples beneficios y además, es inevitable, porque el mundo entero marcha hacia allá, pero como todo proceso de cambio implica riesgos que tenemos que aprender a manejar muy bien”.
El senador plantea priorizar en cuatro niveles o capas las acciones a desarrollar para generar confianza en esta nueva realidad y proteger a nuestra sociedad en su tránsito a ser una sociedad digital plena.
El primer nivel o capa está dado por definiciones técnicas que garanticen la interconectividad segura y eficiente de nuestros celulares y computadores con las redes que existen y las que vendrán, incluidas la red 5G que está en proceso de ser implementada.
El segundo nivel está dado por generar un cambio cultural en la población y especialmente en el Estado. Debemos generar la conciencia de que, en esta sociedad digital, vincularse digitalmente con el Estado y los servicios que presta son un derecho de cada persona. La eliminación paulatina de todos los trámites presenciales requiere de un cambio cultural y sobre todo de niveles de ciberseguridad avanzados para garantizar la identidad digital de cada persona.
El tercer nivel dice relación con la protección de los datos. Se requiere con urgencia sacar adelante la legislación que otorgue protección a los datos (que está garantizado en la Constitución) cuya actualización todavía está entrampada en un proyecto de ley que se encuentra en la Comisión de Hacienda del Senado y que podría generar la institucionalidad necesaria para velar por la protección de este verdadero tesoro de una República Digital, en la forma de una Agencia Nacional de Protección de Datos, regulando la forma en que las organizaciones, Estado y empresas utilizan la data o información que se está generando en beneficio de la sociedad.
El cuarto nivel dice relación con la creación de una infraestructura en ciberseguridad, donde la principal preocupación debe ser la formación de una masa crítica de personas calificadas para dar seguridad digital a la nueva sociedad digital.
Esta temática fue abordada por el legislador durante su participación en el webinar por el Laboratorio de Ciberseguridad Parlamento de las Américas, donde planteó que las políticas públicas se deben hacer cargo con urgencia de estos problemas que ya son una realidad y que en este desafío Chile no está solo ni puede pretender ser una isla, sino que debe propender a interconectarse con América y el mundo. “Nuestro foco debe estar en las personas, su interconectividad, su derecho a comunicarse digitalmente, su derecho a que sus datos se manejen y administren en forma segura y correcta y su derecho a que las redes y sistemas cuenten con la ciberseguridad necesaria”, expresó el senador.