Con la finalidad de atender las complejas situaciones medio ambientales que afectan a los distintos territorios comunales y por ende a las personas, el Consejo Regional está financiando varios estudios que podrían marcar la diferencia
Para nadie es desconocido que la Región de Antofagasta está rodeada de recintos dotados de minerales y por lo mismo gran parte de sus habitantes viven de la minería, como trabajadores directos o indirectos. Nadie puede negar que la minería es la principal actividad económica que sustenta no solamente a la Región sino también de manera importante al país. Sin embargo, los efectos negativos de esta actividad, como es la contaminación, perjudica directa y significativamente a quienes habitan en la Región.
Hoy por hoy, y ya desde hace un tiempo, preocupa algunos efectos provocados por la actividad minera, particularmente los agentes contaminantes. Por lo mismo, surgen interrogantes de qué tan grave pueden ser unos y otros elementos que quedan en la atmósfera o en los suelos tanto donde están las mineras, como aquel factor que se presenta por el traslado de los productos, sea por vía aérea generada por los vientos, o por transporte vehicular.
Y respecto de los contaminantes, pueden proceder de los mismos metales o a su vez pueden generarse desde aquellos elementos que se utilizan para la extracción misma.
Pero si bien en estos últimos años, se ha establecido alguna realidad ambiental o de afectación a la salud, hace necesario revocar alguna información, confirmar otra y por último definir en qué condiciones están las ciudades y las personas hoy. Y si necesitan las localidades y la población en general resguardarse, mitigar o recomponerse… Pasos trascendentes se han dado en tal sentido.
De hecho el Consejo Regional de Antofagasta aprobó recursos para dos trascendentales proyectos, que van de la mano a otros ejecutados con anterioridad. Son de millonarias sumas de dineros y persiguen una larga lista de objetivos. Pero también hoy surge la necesidad de, por un lado acelerar resultados, y por otro readecuar sistemas para que esos proyectos se cohesionen en alguna medida para comparar resultados, ver en qué avance están unos y otros. Y si es posible aunar esfuerzos para que los resultados sean más efectivos, eficaces y eficientes en el menor corto plazo posible.
Hay que destacar que, en el año 2013, se ejecutó el estudio “Diagnóstico regional de suelos abandonados con potencial presencia de contaminantes” (SAPPC), iniciativa financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional, por un monto superior a los 181 millones de pesos, coordinada por la Seremi de Medio Ambiente y ejecutado por el Centro Nacional del Medio Ambiente (CENMA), y asesorado técnicamente por Fundación Chile.
Este estudio permitió elaborar un diagnóstico regional de los suelos abandonados con potencial presencia de contaminantes, a través de la identificación, priorización, jerarquización y evaluación preliminar y confirmatoria, en concordancia con lo establecido en la Resolución Exenta N° 406 del año 2013 del Ministerio del Medio Ambiente.
A razón de ello se identificaron 58 sitios, de los cuales es posible destacar que 34 suelos tienen algún grado de priorización, 22 se encuentran dentro de una jerarquía alta, 10 en mediana y 2 corresponden a baja jerarquía, ubicados en Antofagasta, Taltal, Tocopilla, Ollague, Calama, Sierra Gorda y San Pedro de Atacama.
En las medidas compensatorias o de mitigación y reparación queda fuera Calama dado que en esta ciudad se aplica el Plan de Descontaminación, tras ser declarada zona saturada.
En relación a la implementación de la Fase II, correspondiente a una evaluación preliminar específica del riesgo y confirmación de la presencia o no de contaminantes, el estudio del CENMA consideró realizar una evaluación preliminar y confirmatoria en 16 suelos abandonados (15 de ellos con jerarquía alta y 1 mediana, este último relevante por la cercanía a un área de relevancia ecológica).
Posteriormente en el año 2014 se financia con Fondos Para la Innovación y Competitividad Regional FIC- R el “Estudio de Ingeniería para la remediación de sitios abandonados con potencial presencia de contaminantes identificados en la comuna de Taltal, Región de Antofagasta”, con un costo que superó los 385 millones de pesos, ejecutado por CICITEM y que debió terminarse el año pasado.
El alcance del proyecto fueron los 7 sitios abandonados con alta prioridad para ser remediados en la comuna de Taltal.
Junto con la caracterización de los residuos y suelos existentes en los sitios, se evaluaron alternativas de tratamientos para remediar los sitios contaminados. Estas fueron Lavado in situde suelos/residuos con soluciones extractantes; Sistema de impermeabilización-sellado de relaves y, Excavado, transporte y gestión de los residuos.
Pero también en el año 2014 el Consejo Regional aprobó el proyecto “Diagnóstico de Riesgo Ambiental, Región de Antofagasta”, por un monto FNDR de mil 854 millones de pesos. Finalmente, en agosto de este año se adjudicó el componente suelo a POCH Ambiental por un monto de mil 494 millones de pesos, quedando pendiente la adjudicación del componente aire del diagnóstico. La Unidad Técnica es el Gobierno Regional de Antofagasta.
En la reunión de Consejo, realizada a fines de octubre, la consejera regional Sandra Pastenes recordó los antecedentes al Pleno del Consejo y explicó que el objetivo general en el componente suelo es evaluar el riesgo ambiental de los sitios con potencial presencia de contaminantes de la región y diagnosticar preliminarmente fuentes activas, de manera tal de establecer acciones para prevenir, mitigar, controlar o corregir la exposición y los efectos o impactos negativos en la salud de la población y ecosistemas.
Cabe destacar que para poder remediar los sitios y establecer medidas de protección a la población afectada por la contaminación se deben cumplir con tres componentes:
- Caracterización de los sitios con potencial contaminantes
- Muestreo (evaluación confirmatoria)
- Evaluación del riesgo (esta última solo está contenida en el proyecto Diagnóstico de Riesgo Ambiental, Región de Antofagasta que termina en abril de 2019).
Entonces, tomando en cuenta lo anterior, la consejera Sandra Pastenes estima que se hace necesario poder invitar a todos los actores involucrados en los distintos estudios y proyectos, debido a que las medidas de protección de la población sólo serán posible establecerlas en el 2019 e implementarles probablemente a partir del 2020, es decir, 6 años después del primer estudio base. Por lo cual propuso al pleno “aprobar que se convoque a una comisión de Salud y Medio Ambiente, de carácter ampliada invitando a esta reunión a los Seremis de Medio Ambiente, Salud, a las Divisiones del Gobierno Regional de Antofagasta, CICITEM y todos aquellos actores que resulten relevantes para tener una mirada integral de las iniciativas desarrolladas y en ejecución. De esa manera se verá cómo se vinculan entre sí, para elaborar la mejor estrategia que permita la protección de la población regional, acortando los tiempos de ser factible”.
La idea de la consejera a su vez es que en esta reunión, que deberá convocar la Comisión de Salud, se pueda conversar y derechamente ver posibilidades de adelantar fechas, porque los tiempos establecidos son muy extensos, y mientras tanto no se sabe cuanta gente más puede estar expuesta a los problemas que implican los contaminantes en cada localidad.
Esta moción fue aprobada por la totalidad de los cores y es de esperar que tal como propone Pastenes, se cuente con una estrategia que aborde la problemática que afecta a todos los territorios de la Región de Antofagasta.
Ahora queda esperar si los estudios e iniciativas que cuentan con el apoyo del Core de Antofagasta realmente marcarán la diferencia entre una población pujante y sana, y una que está pagando físicamente el avance y el desarrollo de la minería y sus agentes contaminantes.