Por: Francisco Larraín Sánchez. Licenciado en Sociología, Académico Instituto Profesional AIEP – Rancagua
Actualmente en las regiones se ha visto la llegada de población inmigrante de una manera inusitada a lo que nuestro aislamiento nos tenía acostumbrados. Personalmente, uno de esos colectivos migrantes más destacados es el de los haitianos, quiero explicar en estas breves líneas el por qué.
Con motivo de la Copa Confederaciones ha sido público y notorio que la población inmigrante de origen haitiano se ha vestido con los colores de la selección chilena y se ha aprendido los gritos de barra. Ello no es un hecho aislado, continuamente es la población haitiana residente la que aprende a bailar cueca antes que ninguna con una velocidad de aprendizaje del castellano sorprendente. ¿Por qué ocurre, y por qué esto es importante para Chile?
Pensemos en lo siguiente, no tenemos expresiones de chilenidad de inmigrantes peruanos, bolivianos o colombianos. Sería difícil ver a cualquiera de ellos renegando de su capital de patria en la distancia. Sin embargo, los que llegan desde Haití lo hacen de lo que se denomina desde la academia como un Estado fallido, un país que no terminó de funcionar, básicamente ni siquiera tienen un idioma, existe un dialecto que se habla distinto según barrio, y ciudad.
Pues bien, vivimos en tiempos donde el egoísmo individualista campea, donde la participación en reuniones de apoderados, juntas de vecinos y otras son explícitas de un tejido social que se debilita. Salvo otra selección que llegue a triunfar poco podemos esperar de ver niños que aprendan y canten con entusiasmo su Himno Nacional. Puedo atestiguar que en los sectores populares aún es visto en cierta población adolescente el Himno como de poco prestigio para ser cantado. Esa desafección por la comunidad, y por las expresiones de la institucionalidad patria las hemos podido ver expresadas también en la escasa participación de la estructura política, y qué decir, de los partidos.
Luego, tenemos a inmigrantes que quieren ser más chilenos que ninguno, que participan en todas las puertas que se abren, no sólo en lo laboral, son más responsables socialmente que buena parte de la población nacional. Quizás la identidad nacional ha encontrado personas que puedan ser garantes que jamás habría imaginado en mi niñez. Agentes de estabilidad social, pero manifestantes vivos de la chilenidad. Es curioso, los romanos recibieron la influencia griega que los hizo más grandes, USA no sería lo que es sin irlandeses, polacos, italianos y latinoamericanos. Los romanos entregaron la chance de integrar, así dominaron también; quizás como chilenos, inclusive desde las regiones, tengamos una chance de rejuvenecer las tradiciones que puedan enorgullecernos.
