Publicado en español gracias a la cooperación con la Fundación SM, el estudio plantea que el sistema educativo actual ha fracasado y que se deben realizar cambios de forma colaborativa para promover futuros más justos y sostenibles a nivel mundial
“Necesitamos un nuevo contrato social para la educación, que pueda reparar las injusticias y eliminar las múltiples brechas existentes, al tiempo que transforma el futuro”, así concluye el informe que presentó en Chile la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y que fue publicado en español en colaboración con la Fundación SM.
El informe denominado Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación, fue elaborado por una comisión internacional de expertos en educación convocada por la UNESCO y con insumos de más de un millón de personas de alrededor del mundo. Propone un cambio de paradigma en relación con el conocimiento, la educación y el aprendizaje en un mundo de creciente complejidad, incertidumbre y precariedad.
Con un horizonte puesto en el año 2050 y más allá, el reporte aboga reexaminar y replantear la educación para promover escenarios más justos y sostenibles a partir de dos principios fundamentales: garantizar el derecho a una educación de calidad a lo largo de toda la vida y reforzar la educación como proyecto público y bien común. Con un enfoque cooperativo y colaborativo, es un llamado urgente a los tomadores de decisiones, a las comunidades escolares y a la sociedad en general para establecer un nuevo contrato social en el que la educación sea un motor de transformación de nuestras sociedades ante un mundo cuya sostenibilidad se encuentra bajo amenaza.
La presentación del estudio en Chile se realizó en la Casa Central de la Universidad de Chile y contó con las palabras del ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, así como la participación de la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés; del director interino de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, Valtencir Mendes; del director de Fundación SM en Chile, Rafael Gómez; y del director ejecutivo de Elige Educar, Joaquín Walker, entre otros.
“La invitación de este valioso informe de la UNESCO a reimaginar la educación nos inspira como gobierno, y nos recuerda que para reactivar los sistemas educativos es necesario renovar nuestros enfoques, lo que llamamos el cambio de paradigma educativo. Debemos reconocer la importancia del rol transformador de las y los profesionales de la educación; es fundamental cultivar comunidades educativas inclusivas, seguras y sanas; debemos garantizar la equidad de acceso al conocimiento y equipamiento digital; y es más necesario que nunca que los planes de estudio se centren en aprendizajes para la ciudadanía global y local, abordando aspectos tan centrales para el siglo XXI como01 el cuidado del medio ambiente, la interculturalidad, el bienestar socioemocional, el enfoque de género y la interdisciplinariedad”, señaló el ministro Ávila.
Para lograr este nuevo contrato social para la educación, la investigación de la UNESCO nos revela cinco puntos fundamentales:
- • Pedagogía: debería organizarse bajo los principios de cooperación, colaboración y solidaridad.
- Currículo: orientar los planes de estudios hacia un aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario, y educar para los derechos humanos, la ciudadanía activa y la participación democrática.
• Docentes: la enseñanza debe profesionalizarse aún más y los docentes deben ser reconocidos como generadores de conocimiento y figuras clave en la transformación educativa y social. - Escuela: las escuelas deben convertirse en lugares educativos protegidos y de cuidados, que promueven la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo.
• Aprendizaje continuo: el aprendizaje debe ser un derecho que se desarrolle a lo largo de toda la vida. Por eso, las oportunidades educativas han de brindarse en distintos espacios naturales, culturales y sociales, tanto físicos como virtuales.
Sobre el informe, el director interino de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/ UNESCO Santiago), Valtencir M. Mendes explicó: “Desde su creación, hace 77 años, la UNESCO ha publicado varios informes globales en momentos críticos de la historia, los que ha emprendido una vez en cada generación, con el fin de repensar el papel que la educación debería desempeñar frente a las transformaciones sociales. En ese sentido, y en el contexto de la crisis educativa causada por la pandemia, este reporte hace un llamado imperativo a reencauzar la educación. Este cambio requiere movilizar a todos y todas sin excepción para crear hoy un futuro más equitativo, justo y sostenible, donde nadie se quede atrás”.
Pasos a seguir
Desde la Fundación SM destacan que el informe es un hito inicial y que sus desafíos deben ser bajados a la sala de clases. En ese sentido, anunciaron que ofrecerán espacios de formación y acompañamiento a los docentes en torno a los ejes del informe; también identificarán buenas prácticas educativas innovadoras para aprender a transformar y aprender a cuidarnos unos a otros, a nuestras comunidades y al planeta; y realizarán una difusión de estas buenas prácticas en diversas publicaciones.
“Entendemos el informe como una propuesta a la acción, a pensar y a actuar juntos. Por ello, buscaremos todas las formas de difusión y apropiación de estos contenidos, en especial en los profesores, cuyo protagonismo es clave, no solo para reimaginar una nueva educación, sino para transformarla a partir de sus prácticas innovadoras. Invitamos a los docentes a que se sumen al movimiento Los Futuros de la Educación, proyectar las propuestas del informe para su concreción e incidir en nuestras aulas y comunidades educativas”, afirmó el director de la Fundación SM en Chile, Rafael Gómez.
Temas relevantes para el contexto chileno
Si bien el informe analiza el contexto mundial, hay puntos relevantes que hacen sentido en nuestro país: asegura que el nuevo contrato social debe brindar equidad y acceso a la educación; habla de la necesidad de eliminar brechas en los aprendizajes, en el acceso a la tecnología y a la educación a distancia; y enfatiza en que las políticas educativas deben impulsar el progreso del aprendizaje de cada alumno y la cooperación.
Esta publicación ofrece aún más valor sabiendo que, por ejemplo, en Chile en 2021 cerca de 40 mil niños y niñas no se matricularon en ningún establecimiento educacional, mientras que más de 186 mil niños, niñas y jóvenes de entre 5 y 21 años abandonaron el sistema escolar. Adicionalmente, solo el 40% de los estudiantes se encuentra en establecimientos que han entregado formación a distancia de manera masiva. Asimismo, los resultados nacionales en evaluaciones de aprendizajes muestran que los logros son deficientes.