La Dra. Alejandra Tello Zamorano presentó los resultados de la investigación en Congreso Internacional realizado en México
¿Sabía usted que es posible desarrollar energía eléctrica a partir de bacterias?, ¿y que es posible mejorar su eficiencia energética utilizando nanoestructuras? Precisamente, algunas de esas premisas motivaron un estudio llevado adelante por la Investigadora y Docente de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Atacama, Dra. Alejandra Tello Zamorano, quien presentó sus resultados en el IV Congreso Internacional de Química e Ingeniería Verde 2017 realizado en Monterrey, México.
La Investigadora es Doctora en Ciencias con Mención en Química, ha desarrollado sus estudios en líneas de investigación en el área de Nanotecnología y Sistemas Complejos, además de haber colaborado en centros de investigación en distintas universidades del país.
Energía en zonas aisladas
“El propósito de esta investigación es generar energías en zonas en que a veces no es factible estar conectado al sistema central, zonas aisladas que pueden ser por ejemplo parcelas o comunidades que generan recursos que a veces no son bien aprovechados, tales como los residuos orgánicos. ¿Por qué?, porque apunta a generar energía a base de nanoestructuras de óxido de zinc con la alianza de bacterias, que son bacterias electrófilas capaces de entregar electrones a este material nanoestructurado de óxido de zinc, para generar energía eléctrica” explicó la Dra. Tello.
La Investigadora destacó que estas bacterias necesitan de biomasa para alimentarse, es decir, a partir de residuos orgánicos es posible que se mantengan y produzcan electricidad. “En términos de voltios tú podrías tener una casa funcionando, pero en estos momentos estamos a nivel de laboratorio, pequeño, y estamos prendiendo algunas ampolletas led en que constatamos que funciona” explicó la investigadora, añadiendo que la vida útil de estos sistemas de producción energética dependerá del tamaño y de la cantidad de materia orgánica que se utilice.
Nanoestructuras como apoyo
“La idea es que con esas nanoestructuras puedas mejorar la eficiencia de estas celdas de combustible microbianas, así se llaman. Las celdas de combustible microbianas ya se han producido en otras partes del mundo pero se hacen con electrodos comunes y corrientes. Pero cuando pones un electrodo nanoestructurado logras generar una mayor área superficial y la bacteria se siente más a gusto, por decirlo de alguna manera. Eso genera una mayor eficiencia, vas a generar mayor energía, ya que el óxido de zinc es un material semiconductor que tiene características adecuadas para generar energía”, enfatizó la investigadora.
Estos resultados fueron altamente valorados por los investigadores y la comunidad científica asistente al IV Congreso Internacional de Química e Ingeniería Verde en el que se presentó bajo la modalidad de póster a inicios del mes de septiembre en Monterrey, México. La académica destacó que su objetivo a futuro es seguir desarrollando nuevas líneas de trabajo en nanotecnología, que permitan indagar en la producción de energía de manera sustentable; y además, pretende utilizar estas nanoestructuras en la recuperación de aguas contaminadas.