Por: Nelson Ávila Contreras. Administrador Público. Ex Senador de la República
Sé que mucha gente se pregunta por qué he regresado a la política, habiendo negado sistemáticamente esta posibilidad. Mi vida durante este tiempo ha sido la de un ciudadano común, pero más sensible a los temas contingentes y experimentando un intenso dolor debido a los hechos de corrupción que estallaron en el Congreso. Estos últimos vinieron a confirmar dramáticamente lo que yo había anunciado. Me refiero a la desdichada norma que permitió los “aportes secretos” a las Campañas Electorales.
El gran empresariado desembarcó en la política y se tomó “templo de las leyes”. Con ello, profanó los valores sagrados de la democracia representativa: la probidad en el ejercicio de la función pública y la fidelidad al mandato popular.
Los grandes lobistas e intermediarios tomaron para sí parte de la labor legislativa, al punto de dictar ellos mismos los textos de diferentes normas que le favorecían. Ejemplo vergonzoso de esto que afirmo es la corrupta Ley de Pesca que me comprometo a luchar por su derogación. Fui el único que en su momento la rechazó, porque nadie me puso vendas en los ojos ni estímulos pecunarios en el bolsillo.
Mi partido, el Radical, me anunció que aun cuando comprendían mi decisión de no participar en esta elección, ellos, apelando al deber que me asiste como militante, me inscribirían de todas maneras. La razón esgrimida es que mi trayectoria y sobretodo no tener la mancha de ningún aporte secreto empresarial a mi favor, sería una credencial que la ciudadanía valoraría muy especialmente en éste momento que vive la política chilena.
Por todo esto, estoy de regreso. He vuelto, entre otras cosas, para exigirle a los mismo que el 2009 me sepultaron políticamente con sus campañas multimillonarias, a que trasparenten el origen de esas platas, porque así conoceremos los intereses a los que estaban ligados, los mismos que continuaran penándolos en el futuro. Esos nexos no se deshacen fácilmente. Llegó el momento de rendir cuenta de ellos y así espero que lo hagan por un principio elemental de transparencia.
Me doy cuenta que ahora sí la gente valora el gesto de no traicionar mi compromiso con ella, cediendo ante los apoyos económicos de dudoso origen.
El contenido expresado en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no representa necesariamente la visión ni línea editorial de Poder y Liderazgo.