Pre candidato a diputado por el distrito 15, el ex intendente y también ex seremi de Vivienda y de Transporte, habló con Poder y Liderazgo de lo que podría venirse en su futuro
“Cuando tomo la decisión de ser candidato a diputado por el distrito 15, lo conversé primero con mi familia, vimos los pro y los contra, y aunque el sistema político está absolutamente desprestigiado, igual decidí enfrentar este desafío, pero no por el poder, sino porque realmente creo que puedo ayudar a la gente. De seguro hay muchos que piensan igual que yo y que pueden tener las mismas o mejores condiciones, pero aquí estoy, con la transparencia de siempre y con ganas y convicción de que puedo ser un aporte para mi región. Creo sinceramente que esta decisión la tomé por los motivos correctos”. Con estas palabras, el ex Intendente de la Región de O’Higgins, Wladimir Román Miguel, comienza una conversación franca y abierta con Poder y Liderazgo, contándonos sus proyectos políticos, su visión de las realidades locales y de lo que ha hecho desde que dejó la Intendencia en marzo del 2014.
Wladimir Román, quien fuera militante y uno de los hombres fuertes de la UDI, hoy va por Evópoli. “Soy una persona bastante llana a recibir opiniones, no tengo porqué enojarme cuando alguien piensa distinto que yo. Acepto las críticas, pero también creo que nadie es dueño de la verdad absoluta, y no me gusta estar donde siento que incomodo a otras personas. Eso me pasó en la UDI, un partido al cual aprecio mucho, pero me di cuenta que estaba importunando a varios con mi pensamiento, así que di un paso al costado y me retiré del partido”.
A menos de un mes recibí en mi casa gente de Evópoli, que me plantearon ser candidato a diputado. Yo no busqué a nadie, sólo se dio, y aquí estoy, y ahora hay que esperar las negociaciones de Chile Vamos y ver qué pasa”.
Tuvo grandes amigos en la UDI, ¿dejar el partido significó cortar esas relaciones?
“En ningún caso, sigo manteniendo las amistades, es más, muchos trabajan en mi campaña porque creen en mí. Si hay otros que me ven como una competencia, pero es parte del juego político. La parte lamentable. Pero en el fondo, la amistad y el cariño sigue ahí”.
De profesión abogado, a sus 41 años es padre de 4 hijas y está casado con una periodista. “Soy un agradecido de la vida. Tengo una bella y sana familia, tengo amigos que están en las buenas y en las malas. Fui Seremi de Transportes, Vivienda e Intendente de la Región de O´Higgins entre los años 2010 y 2014 y pude conocer el trabajo en el servicio público, con defectos y virtudes siempre puse lo mejor de mí para poder enfrentar los problemas y encontrar soluciones, jamás escondido tras un escritorio y siempre de cara a la ciudadanía. ¡Cómo podría ser un hombre que no esté agradecido de la vida!”.
De su paso por la intendencia, ¿cuál es el mejor recuerdo?
“El haber tenido la oportunidad de ayudar a muchísima gente, en especial en los tiempos en que estábamos pos terremoto. Ahí es cuando más cerca de las personas estás y más necesitan que seas un aporte, no un estorbo”.
“Y el otro gran recuerdo es el equipo humano con que trabajé. Todos, sin excepción, fueron un aporte, y estrechamos lazos de cariño, de amistad y de respeto muto. Las jornadas eran largas y cansadoras, pero siempre estábamos con una sonrisa y con la convicción de que si trabajábamos en el Gobierno era para servir a la gente, a quienes realmente lo necesitaban”.
¿Por qué la gente debe votar por Román y no por otro candidato?
“Difícil responder eso, y más difícil hablar de uno mismo. Quizá podría decir que porque vivo en Rancagua hace varios años, trabajo acá, y soy uno más que camina por sus calles, saludo a la gente, paseo con mis hijas. Así es mi vida, y no cambié cuando fui intendente y tampoco lo haré si llego a ser diputado, y si no lo soy, seguiré igual que siempre. Ni enojado ni sentido, sino satisfecho de estar queriendo entregar lo mejor de mí”.
“Yo realmente vivo acá, no tengo solamente un domicilio legal como otros, sino que aquí está mi gente, mi vida (…) Ahora debo esperar las negociaciones a nivel de partidos, y ver qué pasa con los poderes que no me quieren en la papeleta parlamentaria. Pero si no me quieren es por algo, porque a uno no le incomoda lo que no existe”.
“Durante estos cuatro años, así como desde siempre, pues ya en la universidad hacía trabajo voluntario, he querido ayudar a la gente. Y mi profesión me sirve para ello. Ni te imaginas lo que uno siente cuando ves ese brillo en los ojos de una persona cuyo litigio he ganado y está en el tribunal de familia, o cuando los ayudas a llegar a un acuerdo en beneficio de sus hijos”.
¿Promesas de campaña?
“No soy de prometer imposibles, siempre -y aunque duela- voy de frente y digo la verdad, porque ilusionar y luego decepcionar es algo que no me gusta hacer, mi única promesa es trabajar como siempre y ser un digno representante de los electores, de tener permanentemente en mi mente que las personas hoy más que nunca necesitan ayuda y que nuestro país necesita cambios. No esperen de mí una confrontación permanente porque promoveré y apoyaré todo proyecto que finalmente beneficien a la mayoría y no a unos pocos”.
Los abogados no tienen la mejor fama… ¿y usted hace trabajo gratuito?
“Es cómico, se nos tilda de frescos y de cosas peores, pero yo, como muchos otros abogados que me apoyan, nos hemos dedicado a ayudar a las personas, sin cobrarles porque sabemos que no tienen para costear los honorarios. Y aunque se enojen por esto, les cobro a las empresas, a los que pueden pagar. Así se equilibra la balanza”.
“Puede sonar cliché, pero el dinero no lo es todo. Yo soy hijo de obreros, que me dieron una educación con harto sacrificio, y trato de devolver lo que recibí. Tuve la oportunidad de estudiar, y eso es justamente lo que pido para otros, que tenga esa oportunidad”.
Los gobernadores regionales
“Uno de los proyectos más manoseados que hay en el gobierno de la presidenta Bachelet ha sido justamente el de los gobernadores regionales. Lo subían, lo bajaban, lo votaban, lo volvíana votar… En esas condiciones de verdad no sé si será bueno elegir un gobernador regional”.
“Entre los parlamentarios si había un consenso, que era un mal proyecto, donde terminarían habiendo pugnas entre dos figuras paralelas, un gobernador regional y un delegado presidencial. En el caso del primero, con elección popular, es decir, con los votos de la gente, pero con muy pocas atribuciones; y en el caso del delegado, una persona designada que no va a tener en su poder el Fondo Nacional de Desarrollo Regional pero sí la supervisión o el mandato sobre el resto de los servicios y eso va a provocar en una región una pelea política, y ahí quien pierde… la gente, los vecinos, las familias”.